Humanos digitales: el futuro es ahora
El desarrollo de la tecnología y sus distintas aplicaciones como la inteligencia artificial o la realidad aumentada, entre otros, está favoreciendo la aparición de lo que se conoce como “humanos digitales”. Estos avatares hiperrealistas con la personalidad, la apariencia y la forma de pensar de un ser humano, constituyen el futuro de las relaciones entre empresas y clientes.
Los consumidores necesitan reconectarse con las marcas. En una vorágine constante de las relaciones interpersonales e interprofesionales, con una presencia masiva de las redes sociales y la comunicación vía internet, resulta de vital importancia retomar ese contacto directo con el cliente, de persona a persona. Para eso, la tecnología ha puesto el punto de mira en los humanos digitales, quienes por medio de la inteligencia artificial pueden aportar ese toque humano que se ha perdido para ofrecer experiencias totalmente personalizadas. Pueden considerarse como una evolución de los chatbots, cuyo futuro al parecer está en entre dicho por la preferencia de los consumidores online a hablar con una persona y no con un robot para resolver sus problemas, pero la diferencia es que esta versión 2.0 aporta cualidades extra, como la capacidad de interactuar con personas de manera similar a cómo lo hacemos nosotros ahora, o la habilidad de aprendizaje, movimiento y simulación de sentimientos. Todo ello, permitirá a las empresas que implementen esta tecnología interactuar de forma más natural, humana y eficiente con los clientes, así como diferenciarse y ser más competitivos.
Asimismo, estos avatares ofrecen una experiencia comunicativa completa, al responder tanto auditiva como textual y visualmente a los requerimientos de los clientes. Tienen un gran dominio de idiomas, pudiendo transcribir bidireccionalmente conversaciones en tiempo real. Además, son 100% personalizable, por lo que se pueden modificar aspectos faciales como el pelo, los ojos o la boca, y otros atributos físicos como el color de la piel, la ropa o la altura.
El desarrollo de estos asistentes virtuales cada vez más avanzados supone un gran avance para los negocios, que contarán con una nueva herramienta para mejorar sus procesos. Sin embargo, los escépticos en el asunto argumentan que pueden surgir ciertos riesgos éticos y sociales, pues crear copias digitales de seres humanos conllevaría una pérdida de privacidad y autonomía, ya que las personas podrían ser controladas o manipuladas por estos avatares.
Es indiscutible que hay que mantener cierto equilibro entre el desarrollo de esta tecnología y la protección de las personas, pero lo que también está claro es que a medida que la tecnología avance, también lo harán con ella los humanos digitales. Progresivamente irán adquiriendo nuevas habilidades y capacidades que no harán sino facilitarnos nuestras vidas diarias. Incluso, podrían tener una aplicación de gran valor para sectores como la educación, la medicina y el entretenimiento. El futuro de las relaciones es ahora, y para eso debemos confiar en los humanos digitales.
