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Cable o fibra, ¿qué elegir?

Por TP-Link España

Cable o fibra, ¿qué elegir?

Cuando decidimos dotar de conectividad a nuestro hogar nos asaltan numerosas dudas sobre qué tecnología utilizar. Son muchas las opciones que tenemos pero estamos de acuerdo en que el cable y la fibra suelen ser las alternativas mejor posicionadas en este proceso de toma de decisiones.

A la hora de evaluar por cuál decantarnos, es importante analizar con detenimiento los pros y los contras de cada una de ellas pero también nuestras necesidades de conexión, un factor que juega un papel decisivo.

La conexión por cable es cada vez más popular, pues permite transmitir datos e información de manera más rápida sobre las líneas telefónicas de cobre que ya están instaladas en los hogares y las empresas. Esto hace que el coste de instalación sea nulo. Aunque, en contra, tenemos una calidad de servicio fluctuante, que depende de factores externos, como interferencias en el cable o distancia a la central, y capacidad de transmisión  muy inferiores a otras tecnologías como la fibra.

La fibra, por su parte, permite enviar gran cantidad de datos a una gran distancia, con velocidades similares a las de la radio y superiores a las de un cable convencional, y con una inmunidad total a las interferencias electromagnéticas. En los pros, destacan su elevado coste y el hecho de que la cobertura no esté garantizada en cualquier punto, puesto que ésta depende de que el proveedor haya desplegado su infraestructura.

Razones técnicas aparate, desde el punto de vista del usuario, es importante analizar qué usos se hará de la red. Así por ejemplo, si nuestro principal objetivo es navegar por Internet, optaremos por un servicio de cable en el que prima una velocidad de descarga mayor (de la central telefónica al usuario) que de subida (del usuario a la central telefónica). Bien es cierto que los ISPs aseguran una velocidad mínima del 50% del contratado y como velocidad máxima 100Mbps, la realidad es que el usuario puede disfrutar de un máximo de 30Mbps.

En el caso de la fibra, los ISPs garantizan una velocidad mínima siempre (o casi siempre) por encima del 90% del contratado. Esto unido al hecho de que latencias en las redes de fibra son mínimas, los jugones por ejemplo, no tiene por qué tener dudas.

A pesar de que el uso que le demos a nuestra red es clave  El tema monetario también es un punto decisivo, tal y como declaran los propios usuarios. Como hemos expuesto en líneas anteriores, el ADSL es más económico que la fibra y, muchas veces puede decantar la balanza. En mi caso, por ejemplo, elegí frente a la fibra, contratar ADSL con el operador que me ofrecía una tarifa más económica, ya que, en mi caso, era imposible beneficiarse de ofertas para servicios integrados. Y lo hice con una tarifa de 10Mb en vez de los 30Mb que de media se suele contratar, teniendo en cuenta que dos personas íbamos a utilizar el servicio para ver cosas online y hacer descargas básicamente. Consciente de que la operadora solo asegura una velocidad media de alrededor del 70% (por la distancia de la central a mi casa), hice números y llegué a la conclusión de que los 10Mb era lo más barato y, lo que es más importante, la tarifa que reflejaba que solo iba a pagar por lo que realmente disfrutaría.

TP-Link España

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