Más allá de la cámara de vigilancia convencional
La seguridad en el hogar siempre ha sido un tema crítico, al que las familias no escatiman recursos. Proteger y salvaguardar el hogar y a los seres queridos es uno de los instintos más antiguos del ser humano. Hoy en día, las interminables jornadas laborales hacen que muchas veces nuestros hijos queden al cargo de cuidadoras o que nuestras mascotas pasen la mayor parte del día solas, generándonos una intranquilidad y un estado de ansiedad que solo cesa cuando tenemos la certeza de que se encuentran bien.
Esta preocupación ha provocado la proliferación de instalaciones de alarmas de seguridad que, a pesar de cumplir a la perfección con la función de mantener a salvo nuestros ‘bienes’ más preciados, no da respuesta a la incertidumbre de saber que están en buenas manos.
Actualmente, el mercado de la seguridad física ha evolucionado a pasos agigantados, alimentado por sentirnos tremendamente vulnerables ante cualquier peligro que pueda sucederles a los nuestros. La industria de las cámaras IP es buena prueba de ello. Estos dispositivos, que se integran perfectamente con el ambiente, permiten ver en tiempo real qué está pasando en un lugar, aunque esté a miles de kilómetros de distancia. Son cámaras de vídeo de gran calidad que llevan incluido un ordenador a través del que se conectan directamente a Internet y un chip de compresión que prepara las imágenes para ser transmitidas a través de la red. De forma que, independientemente de dónde nos encontremos, podemos saber qué pasa en nuestro hogar y si nuestros hijos y mayores están perfectamente atendidos.
La evolución constante de las necesidades del usuario ha favorecido el desarrollo de dispositivos más sofisticados, de monitorización de video Wi-Fi basado en la nube con streaming libre en directo y visión remota con funcionalidades avanzadas como visión nocturna, que proporciona al usuario absoluta tranquilidad cuando todo está a oscuras, ya que la cámara se enciende automáticamente cuando detecta movimiento o sonido ofreciendo al usuario imágenes completamente nítidas , o canales de audio, que permiten al usuario oír lo que sucede en la estancia y comunicarse con cualquiera que esté en la misma e incluso generar notificaciones instantáneas por email de forma que el usuario sepa inmediatamente saber qué está pasando.
En TP-LINK somos conscientes de que existe una demanda cada vez mayor de este tipo de dispositivos por ese motivo, continuamos incorporando prestaciones a nuestros modelos con el objetivo de comercializar gadgets cada vez más versátiles. De hecho, todas nuestras cámaras tienen además la virtud de funcionar como extensor de red, de forma que pueden llevar la señal a cualquier sitio del hogar con una conexión Wi-Fi estable de hasta 300 Mbps. ¿Alguien da más?