¿GAME OVER?
Desde que se inventara los primeros videojuegos modernos allá por la década de los años 60, esta industria no ha parado de crecer y de reinventarse para seguir ganando adeptos y cómo no mantener un nutrido público que, pese a la edad, continúa siendo un consumidor habitual de este tipo de ocio y entrenamiento.
Si bien es verdad que el soporte físico ha sido hasta la fecha su principal formato de comercialización, lo cierto es que hay ya estudios de la industria que apuntan un cambio de tendencia. Según un informe hecho público por la EAE Business School, el negocio de videojuegos en soporte físico cayó un 4% en España en 2015. Sin embargo, el descenso acumulado desde 2009 supera ya el 50%. Y las previsiones no son más alentadoras. De acuerdo con la citada escuela de negocio, de aquí a tres años el gasto medio por español en videojuegos será de 6,6 euros, lo que supondría una caída del 19,5%.
Lejos de las cifras, la realidad pasa por la transformación del modelo de distribución y consumo de este servicio, como ya pasara anteriormente con otras industrias, sobre todo, con la musical. Aunque es cierto que la industria del videojuego ya ha dado pasos en este sentido y ha introducido una nueva forma de consumo, que mejora la experiencia del usuario, al poder jugar en tiempo real con otros usuarios permitiéndole relacionarse socialmente y explorar nuevas aventuras virtuales.
No obstante, esta transición no ha sido casual sino consecuencia de la popularización de los dispositivos móviles y del aumento de su consumo medio y, cómo no, de la universalización de los servicios de banda ancha en el hogar. Este cambio de escenario no está exento de dificultades pues, jugar en línea suele consumir muchos recursos y batería del dispositivo móvil así como canibalizar el plan de datos de usuario, y, en el hogar, muchas veces la experiencia obtenida no es la deseada debido fundamentalmente a los dispositivos que por defecto instalan los ISPS en casa.
Cuando estamos en movilidad, es básico contar con un router móvil que permita dejar el terminal libre para las llamadas entrantes y disfrutar de una experiencia sin las limitaciones de recurso del dispositivo. Hablamos de routers como el M7300, capaces de proporcionar velocidades Wi-Fi de hasta 150 Mbps, de forma que el usuario pueda disfrutar de juegos en línea sin retardos y con conexiones estables durante más de diez horas, gracias a la batería de 2000mAh que incorpora.
En el hogar, ya lo ponía de manifiesto el estudio que elaboramos en 2014 sobre el perfil del gamer en España: un 79,6% de los encuestados señala que la calidad de las partidas online dependen directamente de los dispositivos y periféricos que utilizan. Y, en este sentido, apuntan al router como factor determinante. Si bien es verdad que más de un 59% de los usuarios manifiesta que usa el router ADSL que le proporcionó su operadora, la tendencia es que cada vez más los jugadores online prefieren comprarse un dispositivo propio (40,7%) , en el que la velocidad (85,9%) es el factor decisivo en el proceso de compra. En TP-LINK, conocemos estas necesidades y por este motivo, hemos desarrollado un amplio portfolio de routers como el Archer C3200, un dispositivo utiliza tecnología tri-banda para hacer funcionar tres canales Wi-Fi separados al mismo tiempo, proporcionando una velocidad Wi-Fi combinada de hasta 3200 Mbps, lo que permite a los usuarios jugar online y ver videos en streaming en 4K Ultra HD a través de múltiples dispositivos de manera simultánea sin pérdidas.
Pero estos son solo dos ejemplos de las propuestas que ofrecemos al usuario, si quieres conocer más pincha aquí
