La tecnología, un bien al servicio de la seguridad
La tecnología se está convirtiendo en un importante aliado para agilizar el tiempo de respuesta ante emergencias. Existen ejemplos en la sociedad actual, de que los avances tecnológicos están ayudando a las fuerzas de seguridad del Estado y los servicios de emergencia a disminuir el tiempo de reacción ante accidentes incluso, a evitar situaciones potencialmente peligrosas, donde la vida de una persona está en juego.
Quizás muchos penséis que hablamos de dispositivos sofisticados, pero nada más lejos de la realidad. Gadgets tan habituales y cotidianos como puede ser un altavoz o un dron pueden marcar la diferencia.
España, destino turístico por excelencia, que atrajo el año pasado más de 75 millones de turistas, tiene en sus playas su mayor atractivo. Cuidarlas y garantizar la seguridad de sus bañistas es, por tanto, clave para el crecimiento de nuestra economía. Por este motivo, una localidad de la costa valenciana ha sido la primera en el mundo en incorporar a su equipo de salvamento marítimo, un dron.En un país donde el número de ahogamientos alcanzó en 2016 la escalofriante cifra de 437 fallecidos, 22 más que en el año anterior, contar con una tecnología que reduce en un minuto y medio el rescate de la víctima puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte.
Pero, como hemos comentado antes, la tecnología no solo ayuda en una situación de emergencia sino también a evitar que ésta llegue a producirse. Es decir, cuando existe un riesgo potencial de que se produzca. En este sentido, los altavoces inteligentes se están posicionando como un importante activo en la lucha contra la violencia doméstica. El último en Nuevo México, donde un dispositivo de este tipo evitó una tragedia al llamar de forma autónoma a las fuerzas de seguridad. La particularidad de estos altavoces es que están siempre a la escucha, pero no graban ni suben a los servidores de las compañías todo el audio capturado salvo, cuando oyen ciertas palabras clave. Entonces,comienzan a descifrar los comandos de voz.
En el caso de Nuevo México, la pregunta que realizó el atacante a sus víctimas, “¿vas a llamar al sheriff?”, fue interpretada por el altavoz inteligente como una orden y automáticamente llamó a la oficina del sheriff permitiendo a los agentes que atendieron la llamada, escuchar toda la discusión e intervenir antes de que fuera demasiado tarde.
El mundo de los altavoces inteligentes, en el que ya juegan los principales actores de esta industria, se torna pues en un activo imprescindible para la seguridad personal, más allá de la función primigenia con el que fueron concebidos: ser un asistente virtual.
