El lado solidario de la tecnología ante atentados terroristas

Los terribles sucesos de Las Ramblas en Barcelona la semana pasada han vuelto a poner de manifiesto, una vez más, la vulnerabilidad del ciudadano de a pie, pese a las fuertes medidas de seguridad del Estado, pero también la solidaridad de toda una ciudad, que se movilizó para ayudar a las víctimas y a los afectados, a través de los nuevos modelos de economía colaborativa que ha traído consigo la Red 2.0.

El enfrentamiento, que hace unos diez días mantenía el gremio del taxi contra las plataformas que conectan a viajeros con conductores con licencia VTC (vehículo de alquiler con conductor) en la ciudad de Málaga, se diluía cuando ambos sectores coincidían en ofrecer sus servicios de forma gratuita a los afectados de Las Ramblas y a toda la ciudadanía para trasladarse por la ciudad condal, el día posterior a los atentados. De esta manera, ponían solución a los problemas para desplazarse con su coche particular y del cierre del metro.

Pero éste no es el único caso. Dar alojamiento a todas las personas que no podían volver a su lugar de residencia oa los alojamientos en los que pernoctaban durante su estancia en Barcelona, también ha sido el nexo unión entre el gremio catalán de los hoteleros y los nuevos modelos dealquiler de viviendas vacacionales, poniendo por un momento silencio al contencioso que mantienen ambos desde que Internet trajera nuevas posibilidades de personalización de la experiencia del viajero. Prueba de ello, es el crecimiento de plataformas como Airbnb. Se sabe que el número de viajeros que utilizó esta plataforma de alojamientos en su visita a España el año pasado creció un 82% en comparación con 2015,alcanzando los 5,4 millones de viajeros, una cifra mayor que la suma de los seis años anteriores. Desde luego, los números muestran que algo está cambiando.

Facebook también aportó su granito de arena habilitando la funcionalidad Safety Check, que permite al usuario informar a sus familiares y conocidos de que está sano y salvo. Esta opción, que ya se puso en práctica en otros atentados europeos, ha permitido, a pesar de la confusión y de la escasa información sobre la identidad de heridos y de las víctimas en lasprimeras horas del suceso, tranquilizar a todos aquellos que tenían familia y/o amigos en la llamada zona cero.

Está claro que el mundo, tal y como lo conocemos, no será el mismo en el que viviremos mañana, nuevas amenazas perturban la sensación de seguridad de los ciudadanos pero también las herramientas y plataformas, que está trayendo consigo la constante evolución digital que vivimos, permitirá hacernos más fuertes frente a la barbarie.